Homilias
XXVIII Domingo Tiempo Ordinario
No queremos vivir tristes, porque la tristeza nos ancla a la tierra y no deja que el alma navegue por los mares de la misericordia de Dios. Todos tenemos en el alma un deseo profundo de felicidad plena y eterna y en el camino experimentamos la limitación. Queremos tener un corazón que logre vencer las tinieblas […]
XXVII Domingo Tiempo Ordinario
Jesús nos abraza y nos sostiene. Nos recuerda todo lo que valemos, aunque, como los niños, estemos sucios y llenos de barro. En medio de nuestra pobreza sonreímos. Porque no tenemos nada que aparentar. Porque no es necesario demostrar lo que no somos. Somos lo que somos. Somos pequeños.
XXVI Domingo Tiempo Ordinario
Cuando nos sentimos libres y contentos con lo que tenemos, dejamos de envidiar otras vidas y no deseamos lo que no poseemos.
XXV Domingo Tiempo Ordinario
No basta con querer a las personas que Dios nos confía, es necesario que se sientan queridas por nosotros. En esa comunicación es necesario entregar todo nuestro amor.
XXIV Domingo Tiempo Ordinario
Seamos creativos con ese tiempo que Dios nos regala para seguir sus pasos, para modelar su rostro con nuestras torpes manos. Basta con ser fieles a lo que somos, a lo que Dios nos pide. Pero, ¿quién es Jesús para nosotros?
XXIII Domingo Tiempo Ordinario
Queremos recorrer el camino alegrándonos de la vida que se nos da. Dando gracias por el misterio de cada día sin quejas ni protestas. Entregamos lo más grande que Dios ha puesto en nosotros, nuestra capacidad de amar, de alentar, de sostener a otros, de disfrutar en pequeños sorbos la belleza de la vida.
XXII Domingo Tiempo Ordinario
Tal vez sea ésa la perfección que quisiéramos vivir cada día: vivir cada paso, sin miedo, sin angustia, confiando en el Dios que nos sostiene y camina a nuestro lado. Confiamos y damos cada paso a su tiempo. Sin prisa. Sin pausa. Somos camino por hacer, historia desgranada a cada paso. El tiempo pasa y […]
XVIII Domingo Tiempo Ordinario
Dios busca nuestra oración de entrega y ofrecimiento. Quiere nuestro amor sincero y desinteresado. No sólo quiere que pidamos cuando llegue el hambre, quiere que nuestra oración sea un ponernos en sus manos con un corazón dócil y fiel.
XVII Domingo Tiempo Ordinario
Podemos acostumbrarnos a dar y olvidar que necesitamos recibir. Es fundamental descubrir nuestra indigencia para poder acoger la misericordia. Cuando, con humildad, aceptamos lo que necesitamos, ese pan que nos sacia, aprendemos más incluso que cuando damos.