Dios siempre me acompaña cuando sufro y sabe sacar algo bueno de una desgracia. Sabe sacar luz de la oscuridad. Y risas del llanto. Creo en ese Dios que se abaja a mi vida a buscarme.
Me detengo a mirar el hoy que tengo ante mis ojos. Ese hoy del que espero más. Ese hoy que me gustaría fuera distinto. Hoy, ahora, tengo la obligación de ser feliz y dar gracias.
¿A qué dedico más tiempo? ¿Cómo invierto las horas que me han dado? De mí depende usar bien el tiempo que se escapa entre los dedos. De mí depende amar más o vivir centrado en mi egoísmo.
Hay personas que crean paraísos pequeños donde puedo descansar yo que estoy roto. No tienen ira. Respetan, enaltecen. Unen, no rompen. No dejan caer lo sagrado. Acarician a los que están heridos.