Es una gracia que le pido a Dios siempre. Saber elegir el bien, dejar de lado el mal. Optar por lo correcto, tomar decisiones sabias. Necesito pedir ese don.
Sólo Dios puede salvarme y sacarme de mi abismo. Necesito verme débil y necesitado y suplicar su salvación. Mirarlo a Él desde mi debilidad para que venga a mí. Mi miseria es mi cizaña.
Sólo sé que la semilla no cambia lo esencial de mi vida. Mi tierra sigue siendo la misma. La semilla da vida a algo que no estaba antes en la tierra. Algo que sin mi tierra no tendría vida.
¿Qué estoy dispuesto a perder? Mi fama, mi nombre, mis seguros, mis raíces. Jesús me quiere por encima de todo. Me quiere a mí con un corazón libre. Cuando pierdo lo que entrego, lo gano.