Llevaron a un paralitico ante Jesús. Necesitaba que alguien lo llevara porque el solo no podía caminar. Tenía buenos amigos que hicieron lo imposible por llegar a Jesús, porque tenían fe. Levantaron el tejado e hicieron descender la camilla. Sorprende y alegra ver tanta generosidad, tanta entrega en el servicio, tanto deseo de llegar a Dios. Jesús vio la fe de los que cargaban al paralítico y vio su pecado. No se fijó en la fe del necesitado, vio su necesidad.