El corazón ya se alegra esperando al que ha de venir, lo que no poseemos en plenitud, lo que anhelamos con toda el alma. Esperamos lo que nos hace felices, lo que nos llena, ese amor eterno que soñamos. La espera de las cosas importantes le da sentido a la vida. La espera de la persona amada nos hace anhelar su llegada con el corazón inquieto.