Hace falta mucha humildad para agradecer. Sólo desde la experiencia de la pequeñez y la impotencia es posible vivir con un corazón agradecido. El amor recibido es un don y no un derecho.  ¿Cuántas cosas que nos suceden a diario no somos capaces de agradecer? ¿Por qué nos cuesta tanto dar las gracias en la vida? Parece que la palabra «gracias» no sale con facilidad de nuestro corazón herido.