Hoy queremos recibir esa capacidad para creer más allá de lo posible, para avanzar en medio de la oscuridad rezando. Pedimos el don de aprender a confiar y dejar todo en las manos de Dios, aunque nos cueste abandonarnos. Queremos creer que el reino de Dios actúa en lo invisible, como ese tesoro escondido que espera a ser encontrado. Queremos vivir con una esperanza nueva que nos permita confiar contra toda esperanza.