20 de enero 2016
Hoy entregamos nuestros síes.
Hoy entregamos nuestros síes.
Sé que lo que yo aporto nadie más lo aporta. Porque creo en el don que Dios siembra en mi alma. Sé que mi originalidad produce obras originales. Pero es Dios el que actúa en mí.
Quiero aprender a vivir descifrando signos. Buscando luz en las estrellas del cielo. Dios se esconde en los pequeños signos que la vida oculta. Su presencia silenciosa nos abraza y guía.
¿En qué momento de mi vida se ha manifestado Dios? Como los reyes, quiero mirar las estrellas. Buscar en ellas lo que Dios me pide. Ponerme en camino. Arrodillarme ante Jesús con alma de niño.
Quiero una mirada pura para pensar siempre bien de los que caminan conmigo. Para confiar en que Dios es capaz de hacer milagros con mi barro humilde. Yo le creo. Y lo miro asombrado.
Comenzamos el camino de este año de la mano de María.
No tenemos una vida perfecta, una vida soñada. Tenemos una vida llena de debilidades y grandezas. De logros y fracasos. Una vida pobre. Una vida digna del amor de Dios.
No soy más torpe cuando tropiezo, que cuando alcanzo la meta. Ni más sabio cuando más títulos tengo. Lo que importa es la verdad que traslucen mi mirada, mis gestos y mis palabras.
Dios me pide que coloque mi felicidad en el lugar correcto. Sabe que mi felicidad se construye sobre la confianza en Él, sobre el abandono en sus manos.