Hoy comenzamos este tiempo de Adviento que nos invita a ser positivos, optimistas y a mirar con esperanza la vida. Es un tiempo que se nos da para comenzar la preparación del corazón y recibir con alegría a Cristo, que se hace carne entre nosotros. Es un tiempo para la espera y no para el desaliento, para la alegría y no para la queja. Un tiempo fugaz, pero valioso, efímero como la vida, pero que podemos disfrutar sin miedo, con la fuerza de los niños que todo lo viven en presente.