V Domingo Pascua
Es bonito pensar que hay un sitio pensado para mí en el cielo, un lugar hecho a mi medida, ese hogar añorado que tanto deseo, esa tierra soñada que me espera. Junto a aquellos a los que amo.
Es bonito pensar que hay un sitio pensado para mí en el cielo, un lugar hecho a mi medida, ese hogar añorado que tanto deseo, esa tierra soñada que me espera. Junto a aquellos a los que amo.
La vida verdadera surge a través de la puerta. La puerta del Santuario que nos lleva a María. La puerta abierta de nuestro propio corazón en el que entra Dios.
Es posible volver a comenzar. Hace falta volver al origen, a lo que somos, a lo que no perderemos porque forma parte de nuestra forma de ser, de nuestras raíces, de nuestro ser más profundo.
La Pascua es el amor de Cristo resucitado que irrumpe en nuestra vida pequeña y mezquina y la salva; la hace grande, libre, inmensa por obra de su misericordia.
Un amor nuevo, resucitado, lleno de esperanza que levante a los desesperados, que salve a los caídos, que acerque a Dios a los más alejados. Un amor que todo lo enaltezca, que espere y sueñe.
¿Qué cruz le pido a Jesús besar hoy? ¿Qué cruz quiero que Jesús bese?
Lavar los pies significa servir. Jesús nos pide que hagamos lo mismo que Él. Que nos arrodillemos ante otros, que dejemos al otro en primer lugar, que sirvamos.Como Él esta noche.
Jesús amaba a Judas. Nos ama a cada uno y nos da siempre una nueva oportunidad.
Juan recuesta su cabeza en el pecho de Jesús.Y en él descansa.