El amor de Dios viene a nuestro encuentro. Nos lleva sobre sus hombros. Se abaja para vivir en nuestro pecho. Nos enseña la caricia de su amor. Viene a compartir nuestra vida, nuestros sueños.
Padre.Lo felicito.Muy enriquecedoras sus Homilías. Gracias!!!me encanta recibirlas. Cariños,
Marieta
Buenas tardes Padre Carlos, que gran ayuda para la vida es entender y dar sentido a la Eucaristía en este día del Corpus.
Recuerdo que en el Colegio se entendía la comunión, así nos lo explicaban, como un premio a los mejores.
Nos negabamos la comunión a la menor falta, al beber agua antes de 12 horas, lo que en definitiva nos apartaba aún más del bien.
Era además un triste procedimiento para saber si la persona que no comulgaba estaba en pecado.
Entender la Eucaristía como alimento del enfermo, no como premio del justo, me ha costado comprenderlo con pena muchos años de mi vida.
Tengo que agradecerle ahora que voy cumpliendo años, su concepto de la vejez, que no llega con los años sino con el olvido. Que gran verdad. Por eso a veces estamos colaborando a que la gente que queremos se sienta más vieja al olvidarnos de ellas.
Cuantas veces dejamos de lado a aquellas personas que en alguna ocasión nos han hecho alguna «faena» en la que nos hemos sentido afectados, sin tener en cuenta que desde el perdón es posible recuperar el afecto del otro.
La frase de Don Bosco me ha parecido de lo más actual «La santidad consiste en estar siempre alegres, haciendo bien nuestros deberes».
Me ha encantado su planteamiento de que la santidad es un don , una gracia, no una conquista, que no ganamos por ser mas buenos o más justos. El Padre Kentenich también afirma que la alegría es un medio para llegar a ser santo. La verdad es que una persona alegre es más atractiva que un muermo con cara avinagrada. Nosotros como cristianos debemos estar lo más alegres posible para poder ser atractivos a los demás.
Esa alegría se transmite en Schönstatt de manera eficaz y sincera, lo que la diferencia de otras ordenes religiosas que se han quedado estancadas con una visión más triste de la vida.
Un fuerte abrazo una vez más agradecido
Padre.Lo felicito.Muy enriquecedoras sus Homilías. Gracias!!!me encanta recibirlas. Cariños,
Marieta
Buenas tardes Padre Carlos, que gran ayuda para la vida es entender y dar sentido a la Eucaristía en este día del Corpus.
Recuerdo que en el Colegio se entendía la comunión, así nos lo explicaban, como un premio a los mejores.
Nos negabamos la comunión a la menor falta, al beber agua antes de 12 horas, lo que en definitiva nos apartaba aún más del bien.
Era además un triste procedimiento para saber si la persona que no comulgaba estaba en pecado.
Entender la Eucaristía como alimento del enfermo, no como premio del justo, me ha costado comprenderlo con pena muchos años de mi vida.
Tengo que agradecerle ahora que voy cumpliendo años, su concepto de la vejez, que no llega con los años sino con el olvido. Que gran verdad. Por eso a veces estamos colaborando a que la gente que queremos se sienta más vieja al olvidarnos de ellas.
Cuantas veces dejamos de lado a aquellas personas que en alguna ocasión nos han hecho alguna «faena» en la que nos hemos sentido afectados, sin tener en cuenta que desde el perdón es posible recuperar el afecto del otro.
La frase de Don Bosco me ha parecido de lo más actual «La santidad consiste en estar siempre alegres, haciendo bien nuestros deberes».
Me ha encantado su planteamiento de que la santidad es un don , una gracia, no una conquista, que no ganamos por ser mas buenos o más justos. El Padre Kentenich también afirma que la alegría es un medio para llegar a ser santo. La verdad es que una persona alegre es más atractiva que un muermo con cara avinagrada. Nosotros como cristianos debemos estar lo más alegres posible para poder ser atractivos a los demás.
Esa alegría se transmite en Schönstatt de manera eficaz y sincera, lo que la diferencia de otras ordenes religiosas que se han quedado estancadas con una visión más triste de la vida.
Un fuerte abrazo una vez más agradecido