Cumplir cien años es una ocasión para que cada uno se pregunte cómo es el Schoenstatt que está viviendo. Tal vez el paso de los años ha llenado de polvo los viejos sueños y anhelos. ¿Es joven ese Schoenstatt que vivimos? ¿Es un Schoenstatt alegre que penetra todas las esferas de nuestra vida? ¿Vivimos la radicalidad de la alianza hasta sus últimas consecuencias? ¿Somos hijos fieles en todo lo que el P. Kentenich nos dejó como legado? Él simplemente dijo que sí a Dios y a María, y lo demás vino por añadidura. Así suele ser la vida en Dios, cuando se lo damos todo sin guardarnos, Dios nos da lo inesperado.Queremos mirar nuestra historia con los ojos del Padre, con los ojos de María. Este libro cuenta tres miradas. Una mirada sobre el Padre Kentenich, una mirada sobre el camino hecho de la mano de Dios y una mirada sobre nuestro camino de santidad. Caminamos juntos. Ya son 100 años. Soñamos juntos.