La empatía nos hace más humanos y nos capacita para la vida, para la misericordia, para el amor hacia los que sufren. La empatía nos permite sufrir con el que sufre y reír con el que ríe. Nos acerca a las personas e impide nuestro aislamiento. Cuando somos empáticos nos damos cuenta de las necesidades de los que nos rodean y dejamos de lado nuestras propias preocupaciones. Percibimos su sufrimiento y nos acercamos a los más necesitados. Nos hacemos más humanos y ello nos acerca a los pequeños e indefensos.