Queremos pedirle a María que nos regale la capacidad para descubrir las necesidades de los que nos rodean. Así era María. Siempre atenta y buscando al necesitado. Así queremos vivir nosotros. Pensando en los demás, cuidando a los que nos rodean. Cuando nos centramos sólo en nuestra enfermedad, en lo que nos falta al no estar completos, nos olvidamos del mundo. Cuando nos olvidamos de nosotros mismos reflejamos la luz de Cristo.