«Éste es el fin de nuestra educación: hacer que los que nos han sido confiados tengan la disposición y la capacidad de vivir, por motivación e iniciativa propias, la vida de un hijo de Dios» (P.K.).  Como educadores que somos todos, en primer lugar educadores de nuestra propia alma, no podemos dejar de descansar hasta ver realizada en muchos corazones esa meta que soñamos, una «actitud fundamental del alma», abierta a la vida y a la voluntad de Dios. Cinco estrellas deben caracterizar nuestra pedagogía: 1-Pedagogía de los ideales. 2-Pedagogía de las vinculaciones. 3-Pedagogía de Alianza. 4-Pedagogía de la confianza. 5-Pedagogía de movimiento.