El miedo cierra las puertas. Así suele ser en nuestra vida. Cuando nos sentimos amenazados, cuando experimentamos el rechazo, cuando pensamos que podemos perder algo de lo que tenemos, todo lo que hemos conseguido y nos da seguridad, aquello que da sentido a nuestra vida, tenemos miedo y cerramos las puertas. El miedo nos bloquea y bloquea la entrada a nuestra vida. Pero el mensaje de hoy es fuerte y claro: Cristo puede pasar a través de las puertas cerradas.