Hoy renovamos nuestra alianza de amor con María. Como en el evangelio del ciego, en que Jesús se detuvo y miró a este hombre al borde del camino, María nos mira desde el Santuario a cada uno. Porque quiere que nos sintamos en casa. Para Ella nunca estamos al borde del camino. Nos mira hasta el fondo del corazón, sin juicio, con amor. Queremos pedirle que nos enseñe a mirar a los demás como Ella lo hace.